El océano, espacio vital del planeta
Mientras más conocemos al océano, más entendemos el rol fundamental que cumple para que el planeta sea un lugar habitable, un lugar con vida.
El océano cubre ¾ partes de la superficie de la tierra, contienen el 97% del agua terrestre y representa el 99% del espacio vital del planeta (biosfera) en volumen (fuente ONU). De acuerdo a su volumen y superficie, los científicos estiman que más de la mitad de la vida conocida en el planeta se encuentra debajo de la superficie del océano. Tal como lo explica Minna Epps, una de una de las mayores especialistas en biodiversidad marina:
"El gigante azul (…) contiene entre 500 mil y 10 millones de especies marinas. Y una poca de agua de mar puede contener millones de células bacterianas, cientos de miles de fitoplancton y decenas de miles de zooplancton”
Minna Epps, Natgeo, 2020
Pero el océano no solo es inmenso en espacio y en vida, sino que también es vital para la vida en la superficie.
Hoy sabemos que regula el clima en todo sentido. El océano absorbe más del 30% del dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y lo transfiere a sus profundidades. Durante la noche, hace lo opuesto. Emite parte del calor que absorbió durante el día de la luz solar, aumentando así los niveles de temperatura en la tierra en la noche (Informe Fundación Tara Ocean, 2019).
También hoy sabemos que una de dos respiraciones, se la debemos al océano. Se lo tenemos que agradecer a los fitoplancton, organismos unicelulares que flotan en la capa superior y producen entre el 50 y 85% del oxígeno que se libera a la atmósfera por año (Informe Fundación Tara Ocean, 2019).
A pesar de su gran importancia para la vida, durante mucho tiempo el océano estuvo ausente de los debates internacionales y agenda política. La evidencia científica dejó cada vez más en claro que esto no podía seguir así: la contaminación plástica, el cambio climático y la pesca insostenible son algunos de los problemas en que afectan la salud de éste actor clave para la vida en el planeta y son los que provocaron un resurgir del océano en el centro de la agenda.
La preocupación volvió a crecer éste año, cuando el Servicio de Cambio Climático del programa Europeo Copernicuss informó que el 2019 fue el 2do año más cálido registrado hasta ahora (el primero fue en 2016), con un aumento medio mundial de 1.1°C en la superficie terrestre. Este aumento de temperatura afectó directamente al océano. El cambio climático también está afectando a este espacio vital del planeta. La Declaración del Estado del Clima 2019 (ONU, 2020) publicada en marzo de éste año, resumió el estado del océano en:
-
Nuevo récord de calentamiento del mar En 2019, el 84% del océano experimentó al menos una ola de calor marina y el nivel medio del mar alcanzó su valor más alto registrado. Esto generará el aumento de un 30% de la subida del nivel del mar, alterará las corrientes oceánicas e, indirectamente, modificará la trayectoria de las tormentas.
-
Desoxigenación de sus aguas Se comprobó también la reducción de la concentración de oxígeno en las aguas litorales y en mar abierto, también en estuarios y en mares semicerrados. Desde mediados del siglo pasado, se estima que se ha producido una disminución de entre el 1 y el 2 % en el inventario de oxígeno oceánico en todo el mundo.
-
Acidificación del mar En el decenio 2009-2018, el océano absorbió aproximadamente el 23% de las emisiones anuales de CO2 generadas por actividades humanas y eso les provocó el incremento de la acidez de sus aguas. Esto está afectando en la capacidad de calcificación de los organismos marinos, como mejillones, crustáceos y corales, y ello afecta el crecimiento y la reproducción de la fauna y la flora marina.
Los efectos también se verán en nuestra salud, la seguridad alimentaria, la migración y desplazamiento de ciudades, en ecosistemas terrestres, entre otros.
Los argumentos para accionar están a la vista, es necesario restaurar la salud del espacio vital del planeta. Primero por la vida misma en el océano, pero también por la vida misma del planeta, en donde nos incluimos a nosotrxs y a todas las especies animales. Uno de los caminos para lograrlo es, tal como lo exigen los científicos, incorporar al océano en la Agenda Política Climática Global.
Es necesario pasar a la acción. La COP26 (Conferencia de las partes) sobre cambio climático , que se postergó al año que viene, promete exactamente eso. Podemos decir que finalmente el océano se ganó un lugar en la mesa de debate sobre cambio climático.
_
Texto Ailén E. Ortiz
Fotografía Pedro R. Malevini